Si
has perdido, no te fijes en lo que has perdido, sino en
lo que te queda por ganar.
La
clave de tu futuro está escondida en tu vida
diaria,
y el momento clave del día es ahora.
¿Siente temor a fracasar, o sensación de fracaso
anticipado?
¿Qué
es el fracaso para usted? Exactamente ¿qué entiende
usted por fracaso?
Cuando
las cosas no salen como usted quiere , o no tan pronto
como usted quiere, ¿tiende usted a maldecir su mala
suerte, o a investigar lo ocurrido para aprender, y eventualmente
corregir o perfeccionar, lo que haga falta corregir o
perfeccionar?
Ante
un fracaso reiterado en su plan de reducción de peso,
¿Suele usted echarle la culpa al destino, a su
metabolismo malo, a la tradición culinaria familiar en
lugar de investigar fallasen su personalidad?
¿Fracaso
significa para usted que las cosas hayan salido mal o al menos no tan
bien como las esperaba?
En
ese caso, ¿Dónde buscaría usted la falla: en los
resultados, o en el “plan” y las expectativas?
Cuando
obtiene un resultado negativo o contario al esperado, ¿Qué tipo de conclusiones suele
sacar usted respecto de su persona , y respecto de los
procesos?
Por
Ejemplo,
Que usted no sirve, que la dieta no sirve,
que usted no está hecho para ajustarse a una dieta, que
usted o su organismo es distinto del de los demás.
Y
si formulo estas preguntas se debe a que en la mayoría
de los casos, lo que fracasa es la conclusión o el
apresuramiento en arribar a una conclusión . Se sufre
mucho a causa de conclusiones prematuras. Y se sufre
aún más y por tiempo extremadamente largo a causa de
adoptar tercamente conclusiones equivocadas.
La
sensación de fracaso es producto de una manera de
pensar.
Sufrir
y ceder a la mala suerte o al destino, es fácil y hasta
puede resultar una comodidad. Persistir
en un objetivo a pesar de la adversidad y sobreponiéndose
al fracaso intentando aprender de él resulta una tarea un
poco más complicada y por lo tanto, no es la favorita
de la mayoría de la gente.
Existen maneras de utilizar el pasado que convierten esta
tarea complicada o antipática en una experiencia de aprendizaje conmovedor.Hay que decir, entonces que fracasan justamente
aquellos que no se han preparado adecuadamente para el
fracaso que posiblemente vendrá.
Es
el temor al fracaso el problema; no el fracaso en sì
mismo.
Y en este sentido, sin duda resulta que es la
construcciòn mental y las creencias subyacentes a esa
construcción las encargadas de construir vivencias de
fracasos anticipados cuyas implicancias son para temer.
Un
fracaso, como
la tormenta o la lluvia es algo incómodo pero algo que
pertenece al mundo de la realidad y de las cosas
posibles. Y, como la lluvia,no dura eternamente. Si salimos de casa con
paraguas nos mojaremos menos que aquél que sale
confiado y desprevenido, con un falso optimismo.
La lluvia es algo posible, lo mejor es prepararse para evitar empaparnos . Desde luego, hay hay mucha gente
que adora mojarse bajo la lluvia, y no hay nada malo en
ello. Pero si tiene que acudir a una reunión, es
preferible llegar presentable y no como recién salidos
de la ducha.
Vale
la pena tener seguridad en el fracaso, verlo como
elemento que nunca ha de fallar. Luego, ensayar futuros
alternativos a partir de esa amplia gama de nuestras
posibles reacciones. Al hacerlo, a lo mejor, el fracaso,
como la lluvia nunca llegue ni nos toque. Pero si no nos preparamos
de antemano
mental y emocionalmente probablemente quedaremos
quebrados y abandonaremos el objetivo. Un poco como
evitar salir de casa, por las dudas, o por temor a que
llueva.
El
fracaso es el condimento que le da sabor al éxito. Es
la antesala de la grandeza. De modo que conviene crear
seriamente en el campo mental una amplia gama de
situaciones reales, luego podremos idear situaciones
auténticamente motivadoras por lo realistas. A
diferencia de las falsas motivaciones como lo son las utopìas, las
afirmaciones positivas repetidas como loro, los
ensueños y tanta motivaciòn idealista, las
motivaciones realistas que darán sus buenos frutos.
El ideal es siempre un imposible, pero marca un camino,
una dirección hacia una meta. Con una idea realista
apuntando al ideal se despierta una motivaciòn
auténtica y se gestarán en nosotros las fuerzas emocionales
y las capacidades conductuales que nos
impulsen hacia ella.
La
sensación de
fracaso imprime una cierta postura ante una idea o ante
un determinado proyecto.
El
programa que ofrecemos le ayuda a tomar conciencia de su
postura y el modo como ella afecta su actitud en todos
los casos. Le enseñará a adoptar con naturalidad la postura
correcta, esa postura tan fácil para usted de adoptar cuando el
fracaso amenaza y usted se resiste. Se trata de una
postura muy suya; se trata de descubrirla y aprender a re-ubicarla en favor
de este
proyecto. Se trata de una postura que usted utiliza todo el tiempo
para evitar fracasar y
que surge de usted tan naturalmente que casi no la puede
reconocer. Con sencillas prácticas usted conseguirá
reconocerla, redirigirla y obtener satisfacciones allí
donde daba las cosas por perdidas. A medida que avanza en sus
prácticas extraerá para su asombro formidables
beneficios de habilidades muy suyas que irá
descubriendo, de sus capacidades hasta ahora desconocidas
y que usted manifiesta de inmediato frente a la amenaza de fracaso o pèrdida.
Conocerlas resulta siempre conmovedor. Aplicarlas con
autonomìa devuelve seguridad y poder. Ninguna postura
ajena y forzada resultará tan útil.
Las falsas posturas
resultan inútiles desde el inicio por la sencilla
razòn de que a la mente no la engañamos tan
fácilmente y asì es que ante posturas forzadas,
posturas tomadas de prestado, se
inicia la duda, la sensación de inadecuación, de no
pertenencia. Las fuerzas interiores, la esperanza y la
certeza parecen alejarse culminando todo ello en la vivencia fracaso
anticipado.
Hay en usted el registro vivencial de una
postura relajada y segura que usted manifiesta ante
posibles fracasos en otros
contextos y que aprenderá a imprimir en su presente
proyecto de mejoras. El éxito en su programa para
retornar a su peso normal vendrá por añadidura con la
rapidez, la suavidad y la contundencia que jamás
ofrecerá un "plan de lucha". Cuando aprenda
las técnicas apropiadas para desarrollar la postura
correcta para lidiar con este desafío, en lugar de
malgastar energìas en posturas de sacrificio, se
llevará muy gratas sorpresas con progresos generosos
nacidos de posturas no forzadas. Con ejercicios muy
sencillos y divertidos el programa le ayudará a
conseguirlo, preparándolo a usted correctamente ante el
fracaso . Y sin necesidad de mentalizarse de un modo
forzoso, usted se verá transitando el camino
contrario al fracaso anticipado, acompañado de esas
emociones contrarias al temor y la desconfianza.
Usted
me dirá: Bueno, de hecho yo me preparo para el fracaso; eso es algo que
hago todo el tiempo.
Y
yo le creeré. Luego le preguntaré, invéntese un
fracaso aún mayor. ¿Sabe hacerlo, verdad? Invéntese un fracaso inmenso; uno
que parezca rotundo o irreversible. Cuando lo tenga,
recién entonces, estará listo para poner a prueba el
valor de nuestro sistema de ayuda: lo guiará a
recuperar esas conclusiones rezagadas capaces de
inspirar en
usted variedad de reacciones alternativas con las que cuenta y
que posiblemente no reconozca todavía como
potencialidades en su gama de conductas y habilidades.
No
hay mejor maestro que la experiencia. Solo la
ejercitación de nuestro programa, y no hablar y leer de
él dejará una marca de aprendizaje inolvidable en su
mente. Su trabajo personal sincero reflejará la importancia de prepararse
adecuadamente para fracasar. Con sus ejercitaciones
comprenderá claramente, la diferencia abismal que
existe entre prepararse y temer. Como entre persistir y
resignarse. Porque prepararse
seriamente para un fracaso no significa construirlo.
Anticipar el fracaso tampoco se limita a imaginar la respuesta que
saldrá en nosotros a modo de defensa, resignación o
para tranquilizarnos. Prepararse para el fracaso no es
calcular, planificar qué haremos una vez que nos
resignemos. Sus ejercitaciones con nuestro programa le harán ver que
el camino es el opuesto y que usted lo puede transitar.
Fortaleciendo
nuestro mundo emocional llegamos lejos.
Imaginar por ejemplo, durante cuánto tiempo nos
permitiremos el decaimiento servirá de referencia pero
no alcanzará para construir esas fuerzas interiores
imprescindibles, que conservan esa energìa todavìa en
estado de latencia, y que una vez activada debidamente
viene a nuestro rescate apuntalándonos, o
empujándonos hacia la concresión de nuestro sueño.
¿Sabe usted exactamente qué es lo que
va
a hacer o decir, o decirse ante el fracaso?
Por
supuesto, para responder adecuadamente a esta pregunta
necesita, al menos de un modo rudimentario, tener aclarado el concepto de
fracaso y necesita también tomar nota mental de esas
planificaciones que se realizan de modo inconciente pues
a veces ellas se orientan
a continuar con el plan
hasta concretarlo, pero otras muchas veces, ellas
se plantan para impulsarlo a usted a abandonarlo todo para
siempre.
Al
prepararse
para el éxito y para el fracaso muchos elaboran algo
parecido a tener
un plan a y un plan b. Si resulta todo bien, y resulto
exitoso, a): haré tal cosa; si resultan las cosas mal y
fracaso, entonces b): haré tal otra. Por los
motivos que sean uno puede fracasar o considerar una
determinada experiencia como un fracaso rotundo.
Entonces tener planes alternativos no es después de
todo, una mala idea. Estimo sin embargo, que una idea
aún más productiva es tener un plan a y un plan
b para
persistir hacia la concresiòn de un proyecto de verdad
valioso. Cualquier cosa puede ser un fracaso, pero si se
usted aplica el plan b para persistir, persistirà.
Entonces
habrá templado su espíritu y estará en un camino
doblemente importante con satisfacciones aún mayores
que agrandarán esa pobre idea que usted mantendrá de
usted si acaso abandona. Y desde luego, no estamos aquì
refiriéndonos a “abandonar la lucha”, sino
“abandonar los anhelos y los sueños”. Solo basta
mirar un poco alrededor para reconcer que este abandono
ha sido la salida elegida por muchos y representa un
dolor tremendo y de consecuencias devastadoras.
Cuando
tanto el plan a como el plan b, se orientan a continuar
hacia el bienestar integral, el eje del proyecto,
indudablemente no es la mera pèrdida
de kilos ni la reducción del peso corporal. Esto es lo
que aparece en la superficie, en cualquier caso, es la
consecuencia de un plan más estructural. El eje del
proyecto es la transformación fundamental, la cura de la conciencia
lastimada. Una transformación rotunda de la imagen que conservamos de
nosotros mismos y de lo que somos capaces resulta el
elemento que no puede faltar en todo plan y si
pretendemos que nuestra mente diseñe para nosotros
ocurrencias y planes alternativos y que apuntale nuestro
mundo emocional siempre en favor de nuestro buen
proyecto de mejorar.
Existe
un recurso de su personalidad del que podrá servirse
para continuar cuesta arribasi acaso comprende que el eje del proyecto no se
limita a la mera pérdida de kilos ni la reducción del
peso corporal sino al progreso de su conciencia y de su
manera de pensar.
Si
usted duda de usted mismo o si teme fracasar; si sus
dudas y sus miedos le han convencido de que, después de
todo, adelgazar no es tan importante hoy, o si ellos lo sumen en
la postergación haciéndole creer que podrá
recuperarse en cualquier momento futuro,considérese una persona normal reaccionando
defensivamente ante un proyecto serio. En este caso, un
proyecto de implicancias muy serias, tan serias que
podrìan parecer inmanejables ante un auténtico cambio
de vida. Se trata de un tipo de mejora que le
cambiará muchas cosas en la vida seguidas del cambio en
su apariencia fìsica y en su modo de comer. Todas las personas cuentan con una batería de
dudas, miedos, resistencias Yde recuerdos e influencias negativas en su
entorno que parecieran ocuparse de reforzarlas. De
nada vale desear que estas influencias no estuvieran
presentes. Mejor es aprender las técnicas para lidiiar
con ellas y salir airosos.
Es
natural, casi una rutina, el que por momentos la persona
sumida en un tratamiento para adelgazar se sienta paralizado por tanta presión
que huela a fracaso inminente. Es justamente esta misma
presión que trae movimiento a su vida y la que puede
traerle inusitada alegría. Siempre descubrimos algo
importante, algo que resulta útil si trabajamos de
manera seria y comprometida. Al hacer limpieza en
casa descubrimos no solamente las bondades de la higiene
sino que solemos recuperar algo que creíamos olvidado o
perdido para siempre. Junto con con ocuparse de los alimentos, y
ordenar la alacena, ordenar y limpiar la mente no
estará mal para empezar. Nuestro programa le propone
algo asì como limpiar el baúl de sus
emociones, aprenda a re-ordenar sus recuerdos, y espere a ver
qué pasa.
El
fracaso a menudo está relacionado con la vivencia de la
pérdida de seguridad. Si su problema o sus dudas giran
alrededor de este asunto cabe recordar que hay adentro de usted mucha cosa
jugosa para descubrir y que le
devolverá la seguridad que ha perdido en el camino.
Seguridad que se recupera al recuperar un gesto, una
visiòn, una palabra y combinándolos de modo tal que se
activen naturalmente en favor de los asuntos que de
veras le importan.
El
temor al fracaso está vinculado a innumerables asuntos,
ideas, creencias que se mantienen de modo conciente e
inconsciente. El coaching, tal como lo entendemos aquì,
no se ocupa de analizar estas ideas, creencias y
asuntos. Ayuda a ponerlos en evidencia ofreciendo un abordaje práctico para la resolución de
estos problemas y bloqueos. Decir que se puede mudar una
conducta positiva y activarla en esos asuntos donde esta
conducta brilla por su ausencia resulta una idea
atractiva pero indica muy poco sobre el camino que
habrá que transitarse para lograrlo. El coaching
enseña cómo hacerlo. Nuestro programa aporta métodos
de probada eficiencia para orientar el razonamiento y
las energìas emocionales de modo que un giro
deslumbrante en la conducta no resulte una alteración
ocasional y que en cambio se instale en el individuo
como comportamiento habitual. Existen técnicas precisas para
poner en marcha esas ideas que le resultan tentadoras.
Allì donde usted se considera no apto o no preparado,
vienen las técnicas del coaching a su rescate. Hay
estrategias para lograr cualquier cosa que usted se
proponga lograr y que otras personas hayan conseguido. Y
lo que es más importante, contará con estrategias
valiosas para ayudarlo a ubicarse y definir si las bases
de su proyecto son sanas. Muchas
personas han descubierto por esta vìa que sus
propósitos eran desproporcionados y que esta
desproporción era una, entre las variadas maneras
inconcientes, de asegurarse no cambiar y persistir
en el dolor.
El
fracaso supone una mezcla de emociones encontradas, y
una variedad de influencias y emociones negativas. En
el programa se ocupa de enseñarle a resctar las
positivas. Permita que ellas entran en escena, y observe
lo que ocurre. Las cosas cambian, lo negro empieza a
desteñirse con técnicas mentales y probados remedios para la emoción que lo ayudarán a
liberarse de influencias nocivas, y de todas esas ideas y creencias
francamente limitantes con las que convive. Enseña los
modos prácticos de quebrar para siempre hábitos inconvenientes
con la comida, con la gente, con su relaciòn con usted
mismo. Persistir en una
idea fascinante y motivadora nacida de una motivación
realista tiene un inmenso poder. El programa le
ofrecerá un espacio de reflexiòn muy cómodo y
altamente revelador. Le ofrecerá consignas
esperanzadoras para llevar a cabo en su vida diaria. Y
llevarlas a cabo resultará útil no para calibrar si
son ciertas las bondades del programa sino para
demostrarse a usted mismo cuánto puede. Cada 3 dìas
obtendrá tentadoras ideas, revelaciones y propuestas que lo sacarán de la cama
cada mañana.
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