Así como lo trágico, también
lo magnífico es el
resultado de la acumulación de lo insignificante
Se
habla mucho de emociones que engordan. A
decir verdad, y para hablar con propiedad, las emociones no
engordan, las emociones no te engordan. No pueden hacerlo porque no
son las emociones las que engordan. Tú si, tragándotelas.
Tus emociones no te engordar no te hacen engordar, Lo
que ocurre es que por efecto de tragar emociones te engorda el
tejido adiposo.
¿Y cuáles son las emociones que engordan?
Puede
decirse que todas las emociones engordan los tejidos. Sean
emociones placenteras o displacenteras
en la medida en que reprimas expresarlas, su vibración y su
carga permanecerán en tu interior ejerciendo una pésima presión
sobre tu metabolismo. Cuando usas la cabeza para adelgazar y
aplicas el pensamiento estratégico cambia tu comportamiento y
cambia el comportamiento de tu cuerpo. Empiezas a liberar de un
modo armónico tu energía emocional acumulada; tu organismo te
sigue y empieza a liberar él también el excedente de grasa de
un modo natural, a-traumático. Este cambio integral no tarda en
hacerse notar; la mejora en la apariencia exterior refleja
la armonía interior.
En las personas con sobrepeso, la consecuencia directa de
recuperar el equilibrio emocional es bajar de peso naturalmente,
comiendo menos que antes porque su manera de comer ya no es una
manera emocional de comer. Sea que haya recuperado la alegría o
la serenidad, su vínculo con la comida mejora; ya no come por
emociones ni se come las emociones. Adelgazar sin pasar hambre
no es un sueño imposible, es una realidad que se vive únicamente
en estados emocionales positivos como los del optimismo, la
determinación, la alegría, la confianza, la serenidad. La
desesperacíón, el pesimismo, el cinismo son sus opuestos; son
emociones tóxicas que no ayudarán a adelgazar. Para bajar de
peso conservando el buen humor; para mantenerse en el peso ideal
comiendo bien la naturaleza impone medidas razonables; no drásticas
pues las drásticas terminan en atracones
y rebotes de peso.
Evitar
atracones, (como depender del conteo de calorías) generan a su
vez, más sobrecarga emocional, profundiza los sueños con el
descenso rápido de peso, la fascinación por las fórmulas
mágicas y por las inconsistentes promesas que año a año se
reciclan pero que siguen demostrando su futilidad pues ninguna vía
antinatural será jamás el camino apropiado para una reducción
de peso armoniosa y perdurable. Por lo tanto, entre las medidas
razonables para adelgazar está la de respetar a la propia
naturaleza. Aprender de ella, aceptarla y acompañarla para
impulsarla enseguida de un modo estratégico y amable. Es la
manera más razonable y natural de deshacerse definitivamente
del sobrepeso. Es la manera más natural pero, al mismo tiempo,
una de las menos transitadas; y esto porque las emociones suelen
dominar y las personas equivocadamente ponen sus esfuerzos en
desoír o en negar sus emociones. Este servicio de Coaching
para adelgazar comiendo bien y conservando el buen humor
enseña primero que nada a auto-asistirse en la emoción,
no a controlar las emociones ni a dominarlas.
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